Un triste adiós inesperado, ha ópacado el sol de mi mañana,
Las nubes negras han vestido mi mágico cielo,
El aire se ha puesto más frío que nunca,
Sintiendo en mi cuerpo el abrazo del miedo...
No se anunció su partida, fué una llamada de urgencia,
tal vez equivocada, y sin darle tiempo que lo pensará llego su final,
Estaba en el lugar equivocado, tan sólo se divertía,
El mensaje no era personal, sin embargo le obligarón que lo tomará aunque no quería...
Cuanto lo lamento, cuanto me dolío su partida,
El aire se volvió extremadamente frió y con un olor extraño y desagradable,
Aun siento el escalofrío en mi cuerpo, recorriendo mi alma,
Sentí la partida de su alma, tan inesperado y lamentable,
Al alejarse sin poder despedirse de aquellos a quien amaba,
Porque la vida le fué arrancada sin piedad por un maldito cobarde...
No puedo imaginar el desgarrante dolor que sintió al alejarse,
Las palabras que quedaron impegnadas en el aire y que nunca pudieron escucharse,
No puedo imaginar su impotencia de no poder abrazar a sus seres amados para consolarles,
De aquel triste y lamentable dolor que era insuperable e inexplicable,
Porque la maldad del mundo le arrebato el alma en un instante...
Siento una tristeza profunda desde el fondo de mi alma,
Pido a Dios el descanso eterno de sus almas,
La verdad se oculto y sus cuerpos se enterraron en el olvido por conveniencia,
La sangre derramada la ocultaron con las aguas,
Las luces del lugar que sepultaron sus cuerpos han quedado encendidas,
Mas por siempre prevalecerá la obscuridad de la triste noche de su partida,
Ya nada será lo mismo, no se puede limpiar tan fácimente esa noche de triste agonía,
Un acto lleno de cobardía no se puede olvidar y ocultar en el olvido, porque se apagarón muchas vidas,
La fecha quedo marcarda, como la noche más negra y fría de mi vida...