Quiero grabar en el lecho de tus oídos el eco de mis palabras,
Que vierten como el néctar de las flores destilados de un corazón,
Que es desnudado por la ferviente llama del amor,
Que yace en mí como un volcán que vacía en el horizonte
Una tremenda y espesa nube de humo que viaja con el viento
Hacia lugares muy recónditos, dejando a su paso una fantasía
Que se mezcla con la belleza de un ocaso que divisa en el occidente,
La llegada de una nueva noche.