Yajaira Vargas

GAVIOTA PERDIDA

 Cansada de buscar

 

donde incubar sus deseos

de amar,

 

donde saciar la sed

 

de su efímero cuerpo,

 

vagaba sin rumbo fijo

 

a un incierto destino,

 

por un amplio camino

 

lleno de espinos,

 

ya casi se resignaba

 

al erial de su vida;

 

aveces que sonreía

 

pero  dentro, su alma plañía.

 

Pocas veces se sintió

 

amada, deseada, besada.

 

Hasta que un buen día...

 

El mar y la luna le regalaron

 

su mirada.

 

Estaba allí tendiendo su

 

mano firme y seductora,

 

sus manos se cruzaron

 

y sus vidas también;

 

supo con certeza...

 


que había cambiado su

 

mundo sin colores,

 

a un universo lleno de amores

 

y deseos sin pudores...

 

Probó de sus labios tersos

 

la miel de los mismos dioses,

 

y en sus tibios brazos

 

hallo el sosiego

 

durante años buscado en el cielo.

 

No hubo grietas ni tapujos 

 

solo los deseos desgastados

 

no hubo dolor, solo risas de

 

colores por un tiempo ilimitado.

 

Un buen día despertó del sueño,

 

y elevando su vuelo

 

le beso y se fue sin despedidas

 

desde entonces clama la

 

mar embravecida

 

Por su gaviota perdida...