Islas en el vacío.
Un freeshop sin aeropuerto,
Como un tango que duele y sutura
Una pródiga llovizna de negros puntos suspensivos.
Me acerco y observo el vacío;
Tal vez sí tengo autoconservación.
Sin puentes, entre isla e isla,
Hay salto o hay caída.
Alguien sugiriera el estatismo, la mera permanencia;
No habla conmigo.
Tantos espejitos de colores, cordones o relojes,
Tripas de cerdo en el candystore
Y regaliz blanco y rojo estirándose como el tiempo.
Todo es tan dolosamente llamativo.
He de saltar, y aunque temo (¿A qué?),
Puedo llegar (¿A quién?).
Sólo entonces me dice ella que hay
Un camino más seguro para sortear el vacío,
Pero el pasillo que me señala no tiene un transporte sano
(Siempre algo falta, siempre algo falta).
Una vía como apenas un rastro
A seguir con esfuerzo, a trepar con decisión.
Ella acelera hasta la salida del túnel,
Torpemente la sigo hasta la luz.
Ahora estoy en otra isla encaramada al vacío,
En otra tienda de carteras doradas,
Plumas de paloma y cucharas de madera.
Tantas chucherías para contemplar
Y alrededor sólo vacío.