Quince años tenía María
cuando el amor ya le asechaba.
Con carita alegre y simpatía
chicos que le seguían no le importaba.
Su caminar lindo y seguro
su voz suave angelical.
Su mirada se refleja en el muro
sin dejar huella en el pastizal.
Por las mañana al salir el sol
su canto viaja con el viento sur.
Los pájaros le aplauden con amor
y siempre tan hermosa vestida de tul.
Las campanas en la iglesia
replican con todo su sonar.
María se va haciendo peripecia
y al cura sus pecados le a de contar.
Al baile se ido la niña
a celebrar con alegría
Jugos de cerezas y piña
los quince años de María.