Pude fundirme en tu abrazo, y puedo muy bien decir que mi cómplice fue ese jardín, para seguir mirándonos los dos, en una fotografía que atravesó el silencio...
Caminamos los dos y esa imagen se aferra a mi razón, mientras tú con tú ronsisa sin par, dejándose mirar, sugerias este verso...
Y puedo decir que me ganó el silencio, callado te bese, lo juro lo pensé y lo deseé, callado, porque no supe que hacer...
Y pudo más de tus ojos el resplandor, que me dejaba de nuevo en silencio, o bien puedo decir, fue más el miedo que venció el deseo...
Conspirar el tiempo no pudo y me fui llevando el deseo sobre mi pecho cual escudo, con las flores de testigo, que observaban como el viento se quedaba mudo...
Y seguimos mirándonos los dos, en una fotografía que atravesó el silencio... El silencio del recuerdo cuando te acerque a mí brazo, que tímido temblaba mientras te abrazaba...
Todavía resuena en mi mente, ese sonido bello de tu risa, que en el viento como suave pluma volaba, mientras mis labios solo en tu boca pensaban...
Las gotas de lluvia sobre un lago golpeaban y la hora de partir ya nos acechaba, y era ya más de la media noche, cuando yo este poema a lo lejos te cantaba, mientras en una fotografía que travesó el silencio, a los dos nos miraba...