Ya pronto vuelve a marchar
… no se para que volviste,
no te querías quedar
y por lo tanto te fuiste.
Recuerdo cuando partiste
que pronunciaste en un grito:
¡Quédate muy solo y triste,
morirás como un maldito!
Jamás quise que volvieras,
nunca se me ocurriría
y aunque de pena muriera
ni loco lo pediría.
El hecho de tu partida
me dejó en un feliz mundo,
bendita esa despedida
que logró un cambio profundo.
Soy ahora un hombre nuevo
que forjó un novel amor.
No te pido… te lo ruego:
¡Vete… será lo mejor!
Jorge Horacio Richino
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