Y, digo yo, y alzo la voz en alto con la pluma en mano…
Que la vida es más que arrumacos y ternuras
Está llena de gobiernos malos y tristes hambrunas
Que aquejan al género inocentemente humano
Que es necesaria una revolución, es casi urgente
Una en que el pueblo arrebate el uso de la voz
Y escriba sesudas disertaciones ante el atroz
Y cruel “gentilicidio” de algún dictador demente
O arrostrar a palabras el mal uso del planeta
Del que cada cual se declara tal como inocente
Y nombrar el desecho industrial urgentemente
Que a los hombres de buena voluntad veta…
Debiera expresar cuán y de qué manera la guerra
Deja viudas, huérfanos y destruye ciudades…
Y además no olvidar todas las atrocidades
Que comete el vecino incómodo que me aberra
Pero seguramente sufro de algún mal incurable
Porque ante todo mal que aqueja al mundo
Sigo olvidando las penas en tu cuerpo amable
Aunque luego finja arrepentimiento profundo
Qué se va a hacer, uno percibe que la conciencia
Lo importante y completamente trascendental
Es tan importante, que queda bastante mal
El no hacer este llamado a la paz y la prudencia
Y una vez saciadas mis ansias psicosociales
Continuemos en el galano acto de seducción
Que tu abrazo siempre produce revolución…
O re evolución… que también cura todos los males…
Pero si algún enemigo del cariño hubiera
Y considerara este panfleto inadecuado,
Pruebe a estar o hasta fingirse enamorado
Y quizá se contagie de paz, un día cualquiera…