El ritmo del aliento en tu garganta
mis dedos prisioneros en tu pelo
nuestras manos que ciñen la esperanza
es melodía que nace en nuestros cuerpos.
La luz que suave avanza en la mañana
el calor del deseo en nuestro pecho
tu sentir, mi reír, y nuestras lágrimas
es música, armonía, en el silencio.
Las huellas que dejamos a nuestro paso
la lluvia que golpea, su lamento,
embravecido canto de los mares
música que nos cuenta sus secretos.
La ciudad con sus ruidos estridentes,
las selvas con sus notas encendidas
océanos de acompasado oleaje,
montañas vértigo y avalanchas en su cima.
La paz que flota sobre el campo santo,
la energía que nos mueve, pura llama encendida
esa ilusión, emoción que estremece,
es sinfonía que vibra en nuestras vidas.