Sobre el terso lienzo prohibido
He tallado con vino tinto
Vergüenza, fracaso y hastío
Creyendo menguar lo sufrido
En el cementerio perdido
He dibujado en el olvido
Soledad, tristeza y vacío
Codiciando sanar, vivir
Entre cánticos de gloria
He descubierto los lamentos
Amor, odio y resentimiento
Deseando cambiar la historia
Perdida entre finos recuerdos
He gritado desde el silencio
Dolor, desesperanza... miedo
Pensando por qué retrocedo
Y llegando la hora,
No encontrando razones,
Sólo simples oraciones,
Habré de admitirlo
He marcado mi cuerpo
Anhelando algún respiro
Más por egoísmo,
Que un poco de olvido