Una Atea sin reírse
le negaba a una Pía
dime si Dios es tal
el dueño de la vida mía.
Solo un ejemplo pondré
para saber de tus dudas
¿ Quién podrá ser aquel ?
en darte valentía de ser otro Judas.
De renunciar a esa Fé
de saber lo que decías
al modelar ese cuerpo
que orgullosamente lucías.
Si como humanos sabemos
cometer las herejías
en demostrar los defectos
que en otro cuerpo tú veías.
O cometer los errores
de tostarte esa piel
y en la distante vecina
negando lo negro aquel.
Nuestro cuerpo es parte de Él
del universo glorioso
de las grandes inquietudes
y de tu pensar vanidoso.
Dios no es ese ser
más bien el bendito saber
de crearnos con poder
para renegarlo, sin conocer.