Sed, hambre, deseos,
beberte sorbo a sorbo,
Morderte en silencio.
Y seguir besándote,
cuesta abajo y sin rumbo,
donde la humedad se adensa,
y el tiempo se hace estrecho.
Sed de tí, hambre de pechos,
agonizando y viviendo,
entre el agua y el fuego,
rompiéndome por dentro.