Los frutos de la cultura
Son profundos y diversos
Y a las almas inseguras
Les muestran el universo.
Llueve sobre toda mente
Un rosario de saberes,
¡Claro... si es que así lo quiere,
Y corre con la corriente!
Las tardes de los insomnios
En que se mantiene inerte
La mente, pueden saberte
A encierros de manicomio.
Se crece cuando se siente
Bullir airosa y amante
La glosa, que en estandarte
Esgrimimos diariamente.
Puede que un mal oidor
No sienta allá en lo profundo
De las letras su sabor,
Dulce, estando taciturno.
Pero cuando el embeleso
Descorre el velo callado
Se enciende la luz que otrora
Éste, miraba de lado.