Alguien lo vio partir,
Y con su lento caminar
Se perdió en el horizonte,
Al marchar se lo escucho silbar bajito
Como despidiéndose en secreto.
Nunca se lo vio mirar atrás,
Pero dice aquel que lo observaba
A la vera del camino,
Que era tanta la emoción que llevaba dentro
Que se escuchaba el fuerte latido de su corazón,
El, consideraba insignificante su accionar
Pensó que nadie lo vería alejarse del lugar
O que nadie lo echaría de menos,
En el límite del pueblo sacudió su vestidura
Despojándose así, de todo,
Nada de lo que alguna vez fue suyo, hoy lo era,
Nada de lo alguna vez amo, le pertenecía,
Nada debía cargar, pues solo era dueño
De un montoncito de ropa que cargo en su maleta,
Nunca más supieron de él,
Y ante su ausencia,
Ella descubrió que era tarde para pedir perdón
Pues el hombre que la amo
Se perdió hace tiempo, en los caminos.