Los cuerpos sueñan aves que nacen
en lirios de aliento de bosques
Bautismo febril de instantes difuntos
tatuados con agua de sol teñida
con angustia temprana de selva enterrada
renacen desnudos sobre rocas escondidas
No son de nadie
los cuerpos se van ajenos de todo
se van de mi, se vuelven espejos
Caminan despacio
Sueñan inmensas cascadas de verano
y como niños hablan de almendras envenenadas
de frío en los abrazos, de besos de siglos en los bolsillos
Un cuerpo que no es temprano, no es ayer
No es lo mismo, no es igual
Se transforma en nube que llueve
Se ahoga solitario entre mil cuerpos escondidos
se seca dormido de látigos
de aplausos
de no te vayas
Los cuerpos son voces terribles
que no te dejan dormir
que te piden volver
que ya no son cuerpos
porque los cuerpos cuando lo son
te oprimen de horas eternas
Se asoman a la hierba que amaron
Devoran la marea que los envuelve
en llovizna de amanecer eterno
Los cuerpos cuando lo son
llevan, se los juro, aves por dentro