Siempre tengo la ventana abierta
y veo los paisajes de mi corazón
a veces son alegrías
y otras son tristezas,
días cálidos de sol, que te animan
días de nieve y frío, que deprimen
¡ y hay que ver lo que pesan !,
escucho el hondo latir
cascos de caballos de nobleza
y tiene un balcón muy grande
tanto que se ve toda la tierra,
pero dentro, en el fondo
quizás se encuentre algo de belleza
cabalgan mis sentimientos
por las calles de mi pobreza,
un viento de fuego y amor
es la fragüa que lo calienta
¡ y como duele el corazón !
cuando el dolor lo alimenta,
anda revuelto y un poco loco
porque la locura se pega
yo le digo ¡ marcha, y si no, échate otras cuentas !
¡ que estoy cansado de soportarte !,
siempre con la puerta abierta
¡ y que no hay quien lo calle !
y si se calla revienta
y siempre llora como un niño
cuando lo visten de fiesta
¡ hasta le estoy tomando cariño !
tiene alma de poeta
a veces, sueña dormido
otras veces sueña despierto
le gusta hacer mucho ruido,
¡ cuantos sentimientos guarda !
tiene un baúl muy muy grande
que siempre lleva a las espaldas
y sigue caminado por la vida,
siembra flores en el alma
y levanta al que cae vencido
a veces pienso que es mi amigo
otras veces, me traiciona y me falla,
es un pobre mendigo
que pide limosna de amor
en los campos de batalla
pero es todo un caballero,
de los mas grandes que haya
como la copa de un sombrero
y todo un señor con las damas
también es un forastero,
no tiene cuna ni cama
pero le sobran razones
ya le han salido las canas...
Siempre lo veo taciturno y soñador
no se anda por las ramas
y tiene un enorme balcón
donde se asoma cada mañana...