Muchas veces pienso en ello,
yo no sé , si los demás reflexionan,
sobre este mismo asunto,
me gustaría que los que quisieran,
me lo confirmarán o negaran.
Yo creo que casi nunca he hecho daño a nadie,
no es que sea para nada un santo,
sin embargo tengo la sensación ,
a veces de personas que se han portado mal conmigo,
que sea un humilde y pordiosero bendito.
Aunque no haya hecho daño a nadie,
no estoy ciego ni misericorde,
ni me flagelo ante la envidia o podredumbre,
pero ante ella me siento a veces totalmente vulnerable.
No he hecho daño a nadie,
pero tendré mi barniz de desconfianza,
de miedo a ser manipulable,
y una irremediable tendencia a huir de lo dolorosamente tangible.