De nada valió atormentarme, no era para tanto, nunca lo fue, mi cabeza jugo conmigo de una manera atrofiante, me pido perdón, me he fallado, una y otra vez, que más da... Son cosas que no se pueden cambiar, a pesar de todos mis intentos para mantenerme a salvó no se puede esquivar los pesares de la vida.
Fue tonto creerlo pero quería ser mi protectora, yo por encima de todo, así no era, así no es. Yo no puedo estar por encima de nadie, tampoco quiero estarlo, me rindo, no quiero ser tan egoísta, es difícil tratar de que nada te afecte, y sí que me afectan, algunas cosas.
No me he permitido darle un luto o un tiempo a las cosas que me hieren, las borro, de inmediato, las personas las desaparezco de mi vida y de mi pensar, no sé si sea sano, y tengo miedo de que algo se acumule, de que tanta herida se abra y empieze a sangrar.