Me perdí…
en el océano inmenso de tus ojos,
que me ahoga en sus simas abisales;
en el fuego que irradian tus pupilas,
que me envuelve, incendiándome la sangre.
Me perdí…
surcando el firmamento de tus labios
por la escala de luz de tu sonrisa;
soñando en alcanzar el paraíso
de tu boca, en mil besos florecida.
Me perdí…
en el sublime acorde de tu acento,
llenando el corazón de melodías,
en los suaves arpegios que resuena
el eco de tu voz, hecho caricia.
Me perdí…
en la dulce belleza de tu alma,
que es el centro vital de tu hermosura;
en la magia que me hizo conocerte,
y en mi vida es la flor que la perfuma…