Recuerda...¡Poeta!, que el universo es un lugar
donde abundan los castillos de arena, y que
alguna vez la hoja, que hoy luce pálida, fue tan verde,
indiscutiblemente verde.
Tu...¡Poeta!, que arrastras con tu ejemplo, y que jamás
te atragantas con el agua del cántaro de tus versos,
arroja las piedras que consideres necesarias, pues
tus pasos han dejado una estela impecable y las
alturas te acaban de condecorar como juez de los tuyos.
Tu... ¡Poeta!, que no caminas sobre aguas turbias,
y nunca has lacerado a los que te rodean, tienes todo
el derecho de pregonar unidad, pues siempre has sido
partidario de ella, y le has dado forma al más grande
símbolo de la congruencia.
Tu...¡Poeta! que escribes de la lluvia y sus remedios
se el Peregrino que nos conduzca a un asilo;el Arquitecto que tienda puentes sólidos y sinceros para cruzar la rivera.
Tu... ¡Poeta cabal!, que emerges desde el tuétano,
muéstranos el camino para suturar las grietas del cristal, desde la entraña, como hasta hoy.