Pienso en olvidarte y no lo consigo,
tal vez sea necesario morir para volver a nacer, pero esta vez sin ti.
Y pienso en la incertidumbre de mi lecho, en la vida como un absurdo que sobre mi alma se ha plasmado,
en el triste embarco de lo cotidiano y en el desespero alucinante al que tu ausencia me ha condenado.
Pienso en la nostalgia que gritan nuestros corazones,
en sus latidos deslumbrantes siempre llenos de colores in imaginables;
y pienso en la creación infinita que alimentaron nuestras ilusiones,
en tus manos a las mías inherentes, tan fuertes y capaces, forjadoras de figuras y universos imposibles.
Pienso en el para qué de la existencia de los sueños y las hadas,
en las ansias de cumplir deseos y en el íntimo calor de nuestras fantasías
y pienso en el esplendor de una estrella fugaz,
en que me trajo lo más lindo, lo maravilloso que puede llegar a ser la vida cuando ríes, cuando estás.
Pienso en lo que tus palabras ya no me dicen y me pregunto si tengo un lugar en tu silencio,
en la melodía de tu aroma cuyos ecos resuenan siempre sobre mis cabellos
y pienso en esta amargura de cada instante, es esa melancolía frustrante de que estás lejos,
una armonía disonante y triste que ahora toco a modo de arpegio.
Pienso en olvidarte y no lo consigo, tal vez sea necesario morir para volver a nacer, pero esta vez sin ti.