El problema del hombre es su exagerada seriedad;
komo no sabe reír ni sabe ser ligero
ha olvidado para siempre su felicidad perdida.
Nadie entiende ké es vivir,
excepto algún filósofo de pensamiento alegre
ke pueda estar trankilo, sin fatiga,
en selvas de granito o en la mitad de un lago.
El hombre aktual, por demasiado serio,
ha perdido esplendor y es poko razonable.
Pero, ¡ké digo!
¿Akaso en este día de Sol y de frutales
praktiké ya el amor o he dormido en la hamaka?