Quebrada que me dejó sediento,
no alcanzó mi cántaro,
y tus besos…
se agotaron.
Masoquista,
perdedor que sigue esperando;
porque hasta la muerte
sería grata
si es entre tus brazos.
Sonrisita dulce,
temperamento de azufre,
no dejés que explote,
¿acaso no ves que sufre?
Cadera con la que sigo soñando...
no te hagas la loca,
haceme esa propuesta,
y dejá que te reviente la boca.
Sí, que la reviente,
con toda la fuerza que la palabra contiene.
Dejá que te ganen las ganas,
preparame un puesto en tu cama
y soñemos un rato,
sin almohadas,
porque sé que te hace falta
porque sé que me hace falta.