Te miro
y contemplo el universo en tus pupilas.
Te miro
y me sumerjo en tu boca y sus palabras.
Te miro
y no puedo no mirarte.
Intento apartar la mirada,
pero las estrellas en tus oscuros luceros,
me atrapan con sus constelaciones
y me vuelvo prisionera en tu galaxia.
Intento ignorar la música
que de tu boca
tan fácilmente sale,
mis oídos me delatan,
se mueven, buscando encontrar
la armonía en tus palabras.
Intento olvidar tu presencia,
recobrar la fuerza
e ignorar las chispas
que en mi piel
dejaste al marcharte.