Fuego en la Lumbre
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Es la vela encendida,
que no calma mis pesares,
cuando en las pasiones arde mi destiempo,
es el fuego en la lumbre,
que no dejas de sentir ni percibir,
¡que es la luz, que es la luz!,
cuando camina un transeúnte,
como penitente bajo las aguas de abril,
o de mayo una senda o un zaguán tan oscuro,
cuando perduro aquí,
un siniestro tan cálido,
como tan intrépido es el destino,
que no dejas ver ni sentir,
lo que corre por las venas,
desnudando el cuerpo y la piel,
en un sólo instinto,
como tan distinto,
es el fuego en la lumbre,
que no cesa caer en la manta una sola llama,
que arde como el tiempo,
o como el viento…
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