Un momento y de repente, me perdí
en algún lugar de mis viscerales emociones
indomables, inquietas, inestables.
El ego se me subió hasta los párpados y
hedonista se tiro un clavado hasta caer
en una profunda mediocridad.
Me encontraba entonces yo llorando,
lamentando me, por no saber flotar.
Y justo antes de lograr ahogarme,
toque el fondo, de toda mi realidad.
Estoy apasionadamente loca
y si no me amo yo, nadie más lo va a profesar.
Ahora si llegue a la orilla,
justo a tiempo para volverlo a intentar.