Esta mañana amanecí entre tus brazos.
Cuando el mundo despertó, intente salir corriendo como un ladrón, como todas las veces.
Esta vez fue diferente, me dijiste que me quedara.
Cubrimos nuestra desnudez.
Intentaron alejarnos a base de críticas, a base de golpes.
Por primera vez, me defendiste.
Me di cuenta en ese momento que tú eras mía.
Me di cuenta que nadie ni nada nos va a separar.
Te ábrase para cubrirte de los golpes.
Más tú me dijiste que ahora éramos dos.
Que estábamos juntos en esto.
Tomados de la mano peleamos contra todo.
Pero al despertar, me volví a encontrar solo en mi cama.