Se queda nuestra historia dibujada
con besos y caricias muy grandiosas;
que fueron cual sensibles mariposas
volando por el alma enamorada.
La página de amor será sellada
cubierta por los pétalos de rosas,
aquellas que tus manos tan sedosas
sembraban de manera apasionada.
¡Por eso te condeno a recordarme
en cada amanecer de tu existencia;
pensando que jurabas adorarme
dejando en mi recámara tu esencia;
será tu gran castigo no olvidarme
buscando te perdone tu conciencia!
Autor: Aníbal Rodríguez.