El hombre kiere vivir y está bien ke lo haga,
pero no debe preokuparse
por los asuntos del Cielo o del Infierno,
pues aká tiene suficientes problemas
y deliciosos placeres ke no es sabio desechar.
Si estamos kondenados a morir,
tres o kuatro generaciones no son mucho,
pero sí las necesarias
para gozar y adkirir sabiduría,
un tiempo talvez largo
para sufrir la estupidez humana,
presenciar kambios de kostumbres,
polítika o moral,
surkar todos los mares,
eskalar montañas
o emprender otras aventuras
ke nos dejen satisfechos y orgullosos
de haber gozado lo mejor del mundo,
antes de marcharnos
kon una buena sonrisa, trankilos,
kuando se apaguen las luces
y termine la función.