Cual rocío mañanero bese tus pétalos.
Me embriagué con tu perfume, con tu fragancia.
Admiré tu belleza, tu ternura, tu sutil figura.
Al abrazarnos se clavaron en mi pecho tus espinas.
Te avergonzaste, mas te miré a los ojos y te besé.
Quise, decidí amarte toda, con o sin ellas.
Fue un instante que nos unió para siempre.
Mano de la mano, miramos juntos el porvenir.
Gracia amor por amarme, por estar, ser, existir.