Pálida tarde acecha al pensamiento
noche oscura se acerca a mi ventana
a mi alma viene un rumor sin aliento
espantando mis risas de artesana.
Se aglomeran las gotas del sereno,
evocando consigo la quimera
olvidada y desnuda sin estreno
en las alas de alguna primavera.
El desvelo a mi sueño sacrifica
y con descaro se mete a mi lecho,
murmurando tu nombre que lubrica
en mi mente, el anhelo de tu pecho.
Mis sabanas deslizan tan amantes
sobre mi piel hambrienta de tus besos,
deseos y delirios fascinantes;
Llenándome la vida de embelesos!
Y susurros del alma me acarician
los sentidos con vaivén exquisito
desgranando emociones que propician
el amarte con deseo bendito.