Gracias...
Gracias Dios por concederme
ese momento fugaz,
pues pude a mi viejo verle,
darle un beso y abrazar.
Por traérmelo a mis sueños
cual si fuese muy real,
te doy las gracias por ello,
fue un regalo excepcional !
Mientras te estoy dando gracias,
recuerdo el hecho puntual,
tan breve y lleno de magia
como creo, no hubo igual.
Con su camiseta malla,
con su figura jovial,
con la sonrisa en su cara
para jamás olvidar.
Pocas veces lo he soñado
desde que aquí ya no está,
aunque por siempre a mi lado
me ha sabido acompañar.
No sé si lo he merecido,
pero te quiero expresar,
las gracias, mi Dios querido,
por esta felicidad !
Luis A. Prieto
21/05/12
15:36 hs.-