Me hacen falta huevos,
mas me sobran versos
para decir te quiero;
a escondidas,
tras la puerta,
aguantando ganas,
extinguiendo llamas
que no se apagan.
Mis manos
-lentamente-
bajan
-poco a poco-,
tus piernas atrapan,
y creo que…
bajas la guardia.
Me disipo en tu mirada,
pero…
supuestamente,
pasa el tiempo.
(La realidad) Se hace amarga,
y me doy cuenta que,
para vos,
no soy más que ganas
que nunca te ganan.