De vivo me dan dolores.
De muerto me traen flores.
Que extraños son sus amores.
En vida me dan corajes y
ya muerto me dan homenajes.
Hasta me compran un traje.
De vivo ni un vaso de agua
Y de muerto agua bendita.
Rosarios y padres nuestros
le rezan a la virgencita;
y a Dios llorando le gritan
Que salven mi pobre alma
Y mi perdon solicitan.
De vivo me acusan de altivo,
arrogante y vengativo;
Y que soy malagradecido.
Con mucha tristeza escribo
estas letras que les digo;
me quieren más muerto que vivo.