Quién te dijo que el mar no era sierra
caracol de los cien mil colores?
Porque en este amor qué más da
si yo soy agua y tu eres tierra.
Y aunque parezca que en mi delirio sueño,
a mi manera esta flor que yo te regalo
tal vez no te invite a lo ya vivido
ni te recuerde en tu viaje, el olvido.
Mas no ignores tu estrella
que es polvo y arena,
el talismán en tus huesos, río en tus venas
la dueña de tus infinitos, irremediables caminos,
la compañera fiel de tu propio destino.
Y en mi delirio aún sueño en calma
caracol de los cien mil colores,
sin embargo, no me malinterpretes,
tan solo,
vive sin prisas y lentamente... ama.