Coty

Niebla

Lentamente se desplazaba con su pincelada gris

inundando el paisaje con su misterioso velo.

En la espesura, el alegre jolgorio de pajaritos

disipaba el efecto sombrío

y un tímido sol naciente

obsequiaba la energía y la voluntad

para el inicio de la cíclica y acostumbrada faena.

El aire frío  se colaba por los poros

y la humeante taza de café recién colado

despertaba los sentidos.

El ambiente olía a humedad,

a novedad y sorpresa

a fantasía y asombro.

Un vuelco al corazón, o como se llame,

anunciaba una inusitada presencia

difusa y apenas perceptible.

¿Acaso el asomo de romance?

Escéptico era el escenario,

pero...

Quién sabe... la niebla siempre era misteriosa!