Me encuentro intranquilo, medio turbio, con un desgarre en el pecho como si algo me carcome en lo más profundo, como si de una llama ardiente o un volcán en erupción se tratara y que más da, si es el repudio que siente mi alma de rabia he impotencia o incluso tristeza.
Ni amiga, ni esposa, ni amante se sienten en el instante, las tres me reprochan cosas, como si de mi, la perfección fuese radiante, la una me dice cosas pero suena tan alarmante, la otra que debo hacerlo por cosas, quizás materiales, la otra que ya ni un beso me da como lo hacía antes.
La sequedad en mi garganta no me permite estallar, el hambre de un músculo inquieto quiere mencionar tantas cosas y solo mi corazon me pide esperar, ya que la calentura de mi mente se vuelve ciega y completamente oscura, llena de maldad.
Con ninguna quisiera desahogarme porque sería un mar en llantos y lo menos que he querido es a ninguna causar maltratos, aunque las haya decepcionado a ninguna de las tres quisiera volver a ver llorando.
HENRY RUIZ
15 DE JUNIO 2019