Hombre de palabras precisas
con torso grabado en el sueño de un hada,
tus pisadas desnudan el tiempo
en que los labios son deseo de luz.
Vienes en cada tramo de agua
que invita a beberte a gotas
para luego frotar el cándil
que habrá de entregar en tus ojos
un Aladín de sonrisas.