Te conozco tan poco, que te extraño. Te conozco enterita y tan a medias que te extraño aún en compañía. ¿Qué tienes tú, mujer? Que no dejas de atormentarme ni un solo día, si un día fuiste noche y de repente eres día ¿debería yo quererte si de la nada eres muerte y eres vida?.
¿Qué tienes tú, mi amor? Que no paras ni aunque pasen cinco años de atormentarme un solo día. Son tus sombras y las mías que no dejan de verse ni con lo claro del día.
Te conozco tanto y tan poco mujer, que te extraño más cada día.