Si me lee tu pupila
y te sientes agitada,
es mi rima enamorada
que por tu pecho titila.
Cuando tu mente cavila
al ver mi franca mirada,
es que sientes la estocada
de la pasión que destila.
¿Entonces mi bella dama,
porque negarte el placer
de que te prenda mi flama
tus encantos de mujer;
y acurrucada en mi cama
tu cuerpo pueda tener?
Autor: Aníbal Rodríguez.