Anton C. Faya

EL CANTO DE LA HERIDA

 

EL CANTO DE LA HERIDA

 

De los héroes calvos

que los pequeños inmortalizan en bronce.

De los dioses piadosos

subastadores de bendición al llanto.

De los declamadores de verdad

que comercian  panaceas al inocente iluso.

De los que persiguen nombramientos

acróbatas que disfrazan su desnutrida morada.

Del vértigo viril simulado inventado

de los avisos de televisión y la tragedia.

De los nimios traficantes del éxito,

de las risas de la astucia,

del mensaje de la palmada,

de la jaula de los gorriones tristes...

Avísenle a mi padre y que me ate,

Porque de eso... de eso yo no quiero escribir.

 

¿cual es la herida de la que habla nuestro silencio?

 

Buscar piedra por piedra, pájaro por pájaro

el sendero de la tarea de ser hombre

que escribe con el intestino de la carne.

El que rescata flor en la soledad del taciturno.

El que ve alas en el aliento del anocheciente.

El que encuentra música en uñas que escarbaron la tierra.

El que se despabila a la luz de la costumbre de transitar el otoño.

El que teme perder su melodía si te ausentas.

 

El que por su herida habla en silencio de amor...

Respira papá, porque de eso escribo o, tal vez, solo intento...

 

A.C.F – JUNIO 2019

ARGENTINA