Cuando, a veces, me deprimo
Por cuestiones pasajeras,
Por acciones altaneras
Llenas tan solo de limo;
La tristeza no escatimo
Ni las lluvias pasajeras,
Me denuncian mis ojeras
Y la fuerza con que esgrimo;
Sin embargo, lentamente,
Asimilo el cruel dolor;
Me levanto de repente
Por la fuerza de mi amor,
Pues no tengo, en pecho y mente,
Otra cosa, sino Dios…