Estivalia...
me arropaste con tu aroma
me envolviste dulcemente
despertando mil recuerdos,
encendiendo mil pasiones
aplazadas...
Mil pasiones desbocadas,
más, atadas por cadenas,
atrapadas en la cárcel
do perviven y perecen
insepultas ilusiones,
inconclusas esperanzas.
Estivalia...
bien quisiera resurrexo
confundirme en tu mirada,
y sentir que tu fragancia
me sumerge arrebatado
en el mundo de los sueños
y quimérico Nirvana.
Estivalia...
piel morena, voz que canta,
risa tierna, dulce y casta;
pelo negro do se asoman
indiscretas hebras blancas...
primavera que se esfuma
y verano que se escapa,
y el otoño que se advierte
caminando traicionero
al encuentro de tu gracia...
y con él mil sueños locos
de ilusiones que perturban
tu existencia sosegada...
Estivalia...
Soy tu sombra que te anhela,
soy el ansia reprimida
y el destello que te espía
y la voz que te reclama...
Soy el ente sin derecho
que importuna tu existencia
y que quiere anonadarse
en tu fragancia...
R. Gruger 5/3/84