Hay quienes despiertan
una mañana.
Hay quienes lo hacen
una noche.
A otros les pasa derrepente
por la tarde.
A mi me tocó hacerlo bruscamente
una madrugada.
Tu voz desde dentro me despertaba,
que ya no tienes ni cuerpo ni esencia me gritabas,
justo antes de notar que aunque te pensaba
a mi lado ya no te anhelaba
y que la ultima gota de ti por mi mejilla se descartaba.