RIMUZ

Cuasi diatriba: Quiero despertar los durmientes (Del libro: Monólogos y diatribas)

Quiero despertar los durmientes. O mejor aún, inyectar sangre en los ojos que pagan gustosos por ver una mujer o un varón desnudos en su presencia dando la cara para la ocasión, cuando este acto tiene escrito su nombre en la cultura.

 

Ayer estuve viendo la obra de teatro \"crónica de una muerte anunciada\" basada en el libro del mismo nombre de Gabriel García Márquez. Lleno total, hasta revendedores de boletas satisfechos, todo porque unido a este gancho de Márquez, tanto la actriz y el actor principal se muestran por segundos desnudos. Pero claro quién podría confesarlo, todos van es a ver la obra en las tablas de García Márquez, todos muy tiesos y majos, como un poema infantil de mi patria titulado rin-rin renacuajo. Claro he de aclarar como esto no ocurre con otras obras que he visto en estos últimos días, definitivamente se requiere piel y moda.

 

Seria idiota decir que yo no quiero ser leído, cualquiera que escribe tiene un permanente deseo de dominar a otros a través de sus palabras. ¿más hay algo que decir en cada uno?, o ¿hay suficientes que quieran creerlo?

 

Igual leía un artículo en el suplemento de Time donde mostraba una exposición itinerante de arte de 1.900 en no se en cuales selectos museos, donde la pregunta final es, y como tanta basura pudo llegar a ser apreciada y perseguida por los mecenas de su época. Para concluir, como dentro de 100 años tal vez también ocurrirá lo mismo con los grandes pintores hoy en moda.

 

Bueno en las letras pasa lo mismo, es fácil encontrar fórmulas para gustar, y muchos necios vendrán a complacerse y a decir de lo grandes que son ellos mismos por poner sus ojos sobre una obra, pero los ojos de estos necios pronto estarán cerrados, y el castillo de naipes que fabricaron sobre una obra terminara por derrumbarse, solo perdura el que tiene algo autentico que mostrar, algo nacido de dentro y con lo cual quieren sacar los ojos de las lagartijas, como hacia el rey de Harlem en el poema de García Lorca en su ciclo de Nueva York.

 

Ser odiado y amado, ser empujado y retraído, ser alabado y olvidado, no importa cuales sean en otros las consecuencias de nuestras palabras, aquí hay más de tres que en mis letras han sentido el mismo periplo, (no vale la pena recordar quienes, ellos sabrán de los propios baches de su memoria), y esto es porque todos nos elegimos es a si mismos, y no a quienes ellos dicen que eligen.

 

Mas cuando la sangre hierve en las letras, quien siente correr por sus venas además de sangre las letras, no se estará pretendiendo servir a quienes quieren elegirse, sino igual se está sirviendo es a si mismo, de no hacerlo, estallaría la vida en mil pedazos para ir a servir a la idiotez, e idiota seria causarme tal daño a mí mismo.

 

Jamás me bajaré de mi nube. Esta es mi alfombra mágica para poder correr sobre los días y ver desde allí a quienes están anclados en tierra mirando a quien elegir para sentirse grandes.

 

Porque el horror y el sado están bien cuando se visten en piel ajena, y casi todos los seres humanos son felices contemplándolos, mas como se disgustan y retraen cuando se les muestra su gusto perverso, entonces hay a la par de golpearles el rostro hay que decirles con dulzura y cariño, mira que te caes, solo para verlos terminar cayendo.

 

No es con la intención de no ofender que se dicen estas cosas, por el contrario, es con la plena intención de ofender, es como palmotear el rostro de un histérico, un pequeño mal a propósito de un bien, y yo que estoy aquí entre ustedes, a veces me aburro de sus mutuas alabanzas y me digo, vamos a poner un poco de pimienta, vamos por sus reacciones, y en verdad que reaccionan, solo para reafirmase nuevamente.

 

Algunos bien puestos sobre sus pies nos dicen como el idiota solo parece más idiota entre más estupideces diga, bueno, quien podría contradecirlo; más la idiotez es la reina de las cualidades humanas, o no ven ustedes por ejemplo como en Europa y ahora en EEUU millones de idiotas se la pasan pegados al TV viendo a algunos que se encierran en una casa llena de cámaras filmándolos a toda hora para ver como cagan, o como copulan o como se insultan, y la bolsa llena de los patrocinadores de idiotas puestos para complacer a millones de idiotez, y todos tan sensatos diciendo, cuanta cultura, cuanta, sicología y sociología, cuando aprendemos de estas cagadas televisivas. Cuan cultos somos, si en definitiva la idiotez produce buena renta.

 

Mas entonces estos que ven la idiotez quieren pasar por muy lucidos, por muy centrados, y vienen a decirte, olvídate de la PRECLARA visión de los locos, sin ver como la locura es salirse de los causes del común, y la locura solo es PRECLARA cuando ve la calidad de la idiotez, a la vez que ve la calidad de lucidez como dos extremos de un centro sin nada que las diferencie. Mas también ellos siguen tan tiesos y majos como rin-rin renacuajo.

 

En fin, cada noche es una noche, cada día un día, y cada instante es irrepetible, donde las cibernéticas patadas no son más que metáforas, con las cuales se busca despertar a los durmientes. Mas los durmientes, tienen sus bellos sueños los cuales son más poderosos, que un simple remezón a la conciencia. Bueno quedará para el recuerdo individual cada instante, y cada uno lo moldeará a su antojo; no puede ser de otra manera.

 

Y siempre fraternalmente y siempre en mi aprecio a pesar de los mutuos golpes, al fin y al cabo de esto se tratan los foros (de vez en cuando llega una chispa que confirma como dentro de la diaria negación hay un contrapuesto esperando y ansiando).

 

 Rimuz