NO ESTÁS SOLO
No; no lo estás. Siempre te queda la Libertad.
Cuando pareciera que uno elige la soledad,
o la soledad te elige a ti, de alguna manera, no lo estás.
La diferencia entre la duración de los minutos, ostensible,
a veces se puede percibir entre el vértigo del día y en la noche, apacible.
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No estás solo. Alguien siempre te acompaña.
Las emociones, los sentimientos, los recuerdos que te dañan,
las pasiones, los amigos que se fueron y los que vendrán...
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Algunas veces... algunas veces los minutos pasan rápido, ¡demasiado!
y se pierden muy pronto en la niebla del pasado, ¡olvidados!
Pero, hay momentos irrepetibles, insobornables,
indiscutidos, trascendentes, inolvidables,
que dejan el sabor placentero de haber sido deleitados
hasta sus últimos nanosegundos, bien paladeados.
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Momentos que uno detenerlos, quisiera,
como cuando se deja de aletear en el fondo del mar, o se hundiera,
o como cuando la respiración se prolonga con pausas interminables
y las pulsaciones toman distancias, aparentemente, infranqueables.
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Son instantes eternos, llenos de color, luminosos,
que nos hacen sentir vivos, curiosos,
aún en la más completa oscuridad
en que uno se envuelve en tibias cobijas de felicidad.
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Son minutos que rebosan de vida y de placer.
Lugares, espacios, donde no estás solo.
¡Donde hay miles de espíritus por doquier...!
Donde, siempre, alguien te acompañará y será tu guía;
tan solo debes tomar consciencia ¡de esa Compañía!
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Eduardo Faucheux
19-06-2019