Diurna,
entraste por mi ventana
como un alba brusca,
arrancaste la noche,
sus óxidos afilados,
te adelantaste al sol amada mía,
dos amaneceres arrogantes,
pero solo el tuyo encandila.
Dejo al sol en su triste distancia,
me quedo contigo
y tu luz artificialmente remota.
LRL
19-6-2019