“¿Verdades?, . . . no más las mías.”
No me importa lo que creas,
soy un engendro de ideas,
locuras, mentiras propias,
perversas, jamás inocuas.
Con las que, a gente enajeno,
mangoneador de lo ajeno,
soy producto de mí mismo,
de mi insano mesianismo.
Soy, Castro, Chávez, también,
Maduro, ya sabes quién,
a mis contrarios humillo,
igual me llaman “caudillo”.
El único “iluminado”,
el mayor empecinado,
un absurdo intolerante,
contra el humano pensante.
Aquel que no esté conmigo,
se convierte en mi enemigo,
quien me lleva la contraria,
que cuide su retaguardia.
Mundo utópico preparo,
en la razón no reparo,
primero que nada, yo,
y luego, al último, . . . yo.
Popular ser, populista,
populachero, egoísta,
“héroe” de carne, hueso,
un tramposo, asaz avieso.
El charlatán más genuino,
un “ungido”, “hombre divino”,
que “resuelve” los problemas,
sin entrar en los dilemas.
Engañador, firme, a ultranza,
de la fe, de la confianza
de una patria ilusionada,
que, conmigo, va a la nada.
En afán, deseo mundano,
exagerado, profano,
de “solventar” situaciones,
fácil, sin preocupaciones.
Así, voy gestando el mal,
resentimiento social
capitalizo, impasible,
prometiendo lo imposible.
Mi obsesión es el poder,
sin importarme joder,
a quien se me ponga enfrente,
soy mandamás, displicente.
Muy yoísta, autoritario,
egocentrista, falsario,
embustero, mitotero,
vivo del cuento, certero.
Detesto la democracia,
su existencia, gran falacia,
amo el “corporativismo”,
bendito sea el “clientelismo”.
Síganme a mí, ciegamente,
eso les pido, ferviente,
yo, “me encargaré” de todo,
“dirimo” todo, a mi modo.
Demagogo, al cien por ciento,
solo vale lo que siento,
me gusta erigirme en rey,
por encima de la ley.
Este soy yo, el “mesías”,
un controlador de vidas,
factor divisor del pueblo,
su desunión bien celebro.
Omnímodo, omnipotente,
obstinado, prepotente,
a personas adormilo,
amodorro con estilo.
Cada que me subo al podio,
fiel credo, discursos de odio,
timador, falso “profeta”,
farsante, llego a la meta.
Bajo una piel de cordero,
lobo feroz, traicionero,
busco a la caperucita,
pa’ comerme a su abuelita.
Al pan, pan, al vino, vino,
llevo agua pa’ mi molino,
aunque sean necedades,
dogmas de fe, “mis verdades”.
Profeso mi apostolado,
ando también disfrazado,
de “bueno”, de socialista,
de izquierda, nacionalista.
Doctrinas de eras pasadas,
ideologías fracasadas,
que han golpeado a humanidad,
sin clemencia, . . . sin piedad.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 03 de abril del 2018
Dedicado a todas aquellas personas del mundo, que se sientan identificados con el contenido de mis versos . . .
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