A veces no queda más salida,
Que la de saber aguantar,
cuando eres nuevo en la empresa,
cuando te cambian mandatoriamente.
Pero yo creo, que la gente que aguanta,
la gente que es independiente y no endogámica,
al final es más fuerte y equilibrada,
porque no busca falsas protecciones y esperanzas.
La gente que aguanta,
la gente que soporta la carga,
más o menos como Atlas y el planeta,
al final son los que más se admira.
El que aguanta, lógicamente,
tiene momentos de amargura y flaqueza,
pero en esos momentos solo debe pensar en la gota fría siguiente,
no ponerse teleológico ni dramático futilmente.
El que aguanta, seguramente,
cuando en el futuro, lo sea, necesariamente,
Un enfermo, lo será, probablemente,
Un gran y positivo enfermo,.. estadísticamente.
El que aguanta, mayormente
sus posibilidades de perder el control,
disminuyen drásticamente,
y sus posibilidades de saber decir no, paradojicamente
inexorablemente, aumentan vertiginosamente.