Lo guardo en mi chaqueta.
En el bolsillo interior con cierre,
yace,
tieso, y desaliñado.
No me atrevo a verlo,
a enfrentar su último ceño.
He matado a un pequeño hombre,
que fue incondicional
Hasta su colapso.
Llevo un cadáver tibio,
que se enfría con las horas.
Tengo miedo a que me descubran.
De que alguien sepa algo.
He matado a un hombre
Que ahora tengo en mi bolsillo;
Sabía demasiado mi desgracia toda,
cortaba los hilos de mi calma,
asfaltaba mi carne viva.
Sigo mi historia,
buscando un lugar amarillo,
donde borbotear en hemorragia;
pienso a veces, en el hombre
que llevo en mi bolsillo -lo extraño tanto-,
llego a pensar que duerme,
que es mejor asi.
no quiero que sufra,
no lo quiero enterrar.